Ante la crisis que padecemos y que aun continuará largo tiempo, la opinión de los más importantes directivos de las empresas de nuestro sector de la limpieza, a juzgar por sus declaraciones en entrevistas, es que coinciden todos en que es imprescindible para salir de esta situación y poner el punto de mira en conseguir una mayor profesionalización, elevar el nivel de conocimientos para alcanzar una formación que permita a su vez conocer a fondo los problemas técnicos, financieros, jurídicos y de marketing. Solo así se podrán exigir y realizar acciones con las que se pueda hacer frenta a las ontingencias negativas que nos presenta un mercado tan nrarecido y devastador como el vivimos actualmente. Y efectivamente, es que ya no solo vale el trabajo y la constancia.

Hoy vivimos una etapa superior de gran competitividad que requiere una investigación sobre cómo funcionan nuestras empresas, saber estudiar el trasfondo real de la salud financiera de la empresa, conocer y anticiparse a los resultados económicos que se avecinan y los resortes que de todo orden más van a influir en esa evolución.

Y no nos referimos únicamente a las cabezas rectoras de los grandes proveedores y distribuidores sino, también a los miles de empresas que conforman nuestro sector de las cuales deberán cada vez más preocuparse de su formación, y a la vez, no olvidar aquellos valores tradicionales que fueron la base de los creadores de las grandes empresas de hoy. Me estoy refiriendo al entusiasmo por abrir nuevos caminos donde no los hay, realizar el mayor esfuerzo, trabajo y educación posible en la empresa, poner en una palabra toda la carne en el asador. A grandes males, grandes remedios.

Es necesario que los lamentos y comentarios negativos no inunden ni ahoguen nuestro entusiasmo y convicción de que esta es la única forma de no engrosar las listas de los que a un nivel u otro abandonan la profesión, echan el cierre y se apuntan a es larga lista de autónomos que no han podido o no han sabido hacer frente a la situación.

Estamos viviendo tiempos de poco dormirse en viejos laureles y entre lamentos estar esperando que los problemas se solucionen solos.

Estamos en meses de luchar más y quejarse menos, de pensar en nuevos proyectos, en posibles alianzas, de mirar también hacia adentro, de autoanalizarse a si mismo y a la empresa que dirigimos, puesto que la empresa somos nosotros mismos.

Posiblemente de esta crisis no solo sean culpalbles las entidades financieras, los problemas crediticios y e menos consumo. He oído una frase magnífica que creo es de Juan Roig, presidente de Mercadona. Dice así "Pongámonos el traje de faena para trabajar más y mejor"; a la que bien podríamos añadir aquellos proverbios de nuestra sabiduría popular: "si es necesario habrá que sacar agua de las piedras".